La acaramelada poesía

martes, 31 de marzo de 2009


Una nueva mañana comienza en los campos del sur. El viento parece suave y afable con sus espectadores, los robles, verdes y tranquilos, musitando poesía entre sus largas extremidades de dura corteza y amable aroma. Todos danzando al unísono de los primeros rayos del sol, calentando las praderas e invitando a cantar hermosa lirica matutina. Pequeños seres alados salen en vuelo a recibir tan preciados abrazos tibios de la mañana, el lugar parece ser un solo ente que se mueve despacio entre las hojas, pasto y agua. Sí, es un nuevo día, lleno de vida y esperanza.


A orillas de un río descansa un roble, suspirando melancolía y lejanía. No parece feliz como sus hermanos, que sin percatarse bailan y chapotean en el río, jugando con las golondrinas y coqueteando con las ninfas. El observa todo desde su puesto, sin moverse, solo pensando en sus más íntimos deseos y sentimientos. Un pequeño zorro se acerca al percatarse de la tristeza del roble, y le pregunta –¿Qué pasa amigo roble? ¿Por qué no vas con tus hermanos a celebrar este nuevo día? – , el roble con cierto dejo responde –No me siento a gusto conmigo mismo, no logro encontrar felicidad siendo como soy– . El zorro un tanto perplejo por ver tal sentimiento dentro de un cuadro tan hermoso y lleno de vida, le pregunta para poder indagar más –Entonces, si no quieres ser lo que eres, ¿Qué te gustaría ser? – , el roble queda estático como cuan roca vive siglos inmóvil en su lecho, siente una extraña sensación, se da cuenta que nunca se había preguntado eso, tan solo se sentía intranquilo con su sabia figura de roble, pero nunca había pensado en que le gustaría ser en verdad, de repente ve una hermosa golondrina pasar, dejando cierta estela de amor y encanto, coqueteo y amabilidad, características propias de una golondrina, el roble, queda impresionado con tan acaramelada actitud y dice con entusiasmo –¡Ya se! Me gustaría ser una golondrina, poder volar y ser libre, y maravillar a todos con mis acrobacias aéreas, así todos me prestarían atención–, el zorro queda un rato pensativo y dice con cierta paciencia briosa–Pero querido roble, ¿No eres ya libre? Además ya tienes la atención de todos en este valle, como tus hermanos, haces la poesía más envidiada del mundo–, el roble con perplejidad acepta los términos del agudo zorro, –Tiene razón– pensó, bajo la mirada para pensar en que le gustaría ser para sentirse bien, y debajo del encontró una roca, con acuciante sutileza levanta sus lentos ojos y dice –O también podría ser una roca, son fuertes y potentes, nadie podría moverme de mi sitio y sería respetado–, el apacible zorro, que mientras limpiaba su pelaje pensaba en su respuesta, dijo –¿Una roca? – se acercó al oído del roble para que las demás rocas no lo escucharan y siguió –Amigo roble, las rocas serán fuertes, pero no tienen mucho cerebro, ¿Y no eres tú ya fuerte? La fuerza y sabiduría de los robles es famosa y respetable– y antes que el roble pudiera elegir otro ser del valle el zorro prosiguió –Según como yo te veo, eres fuerte y sabio, ya por tus años, ¿te gusta la poesía no es así? – el roble asintió –Pues bien, eso quiere decir que tienes cierto grado artístico por naturaleza, teniendo esas características puedes ser libre, creando versos tan hermosos que hagan sentir a la gente llena de gozo y felicidad, puedes llamar la atención con la fuerza de tus ramas y cada hoja en ti es más sabia que cualquier otro animal que vive en este valle, te lo planteo así mi querido amigo, ¿Qué tal si eres un roble? –, el roble quedó anonadado, nunca se había propuesto sus cualidades de esa manera, nunca se había visto a sí mismo como un ejemplo a seguir, sintió que hablar con el joven zorro había sido como mirarse en un espejo lleno de armoniosos sentimientos positivos.


La expresión confusa del añoso roble cambió por una sonriente y dulce expresión de equilibrio interno y felicidad, se dio cuenta que ser uno mismo basta para impresionarse a uno mismo y a los demás, basta para poder lograr lo que desees y basta para ser simplemente feliz.

Con transparente fulgor miró al zorro y movió una de sus añosas ramas hacia el de donde descansaba una brillante y hermosa hoja –Tómala– dijo el agradecido roble –Es todo lo que te puedo dar–, el zorro miro la hoja y se dio cuenta que no era como las demás, esta hoja se sentía rebosante de aromas y de cálidas melodías, comprendió lo que era y lo atesoró con inminente brillantez. El roble se levantó y bajo al rio donde se unió en el suave canto de sus hermanos, su corazón, por fin, sonrió.

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Gracias por tu visita y tu tiempo, ojalá te haya gustado este cuento.

Como explicación e intencion del autor "IzumoImagination" cabe decir que este cuento fue creado con el ejemplo de la sociedad de hoy en día, muchos de nosotros hemos vivido el querer ser otros para impresionar y poder sentirnos bien con nosotros mismos. La invitación es a poder encontrar nuestro verdadero yo y vivirlo. Tal vez no nos podremos encontrar con algún "zorro" en nuestras vidas, que nos diga que debemos ser nosotros, pero nunca se sabe, tal vez tu ya eres el "zorro".

1 comment

. dijo...

Linda Historia, es una manera para reflexionar que muchas veces queremos muchas cosas, o tan solo cambiarlas, pero si llegamos a pensarlo con claridad, no sabemos lo que realmente queremos.


Me encanto :3


sigue así

1 de abril de 2009, 16:54